Blanca García Vera, a quien hoy queremos rendir merecido y cariñoso homenaje con la entrega de esta placa, es, sin ninguna duda, el mejor exponente de una vida dedicada al Sófbol en Aragón.Ocupó el cargo de Presidente de
Sin embargo su mayor mérito ha consistido en su ininterrumpida presencia en toda la evolución del Sófbol aragonés y nacional.Es la primera jugadora aragonesa que tuvo entre sus manos una bola de solfol y con ella aprendió a lanzar contra los muros de un almacén.A su alrededor se formó el primer equipo femenino de nuestra historia. Nombres como Guateque, Viejo Rufo, At. Democráticas y Adasi nos evocan épocas cuando la práctica del Sófbol era como de locos y se jugaba con pantalones vaqueros y alguna camiseta que aparecía de vez en cuando con alguna publicidad.Muchas son las deportistas que han ido pasando por estos clubs, y Blanca siempre estuvo allí, con su licencia de jugadora. Lista para jugar en todo momento y en todo caso eficaz. Conoce el orgullo de defender los colores de sus equipos en los ámbitos nacionales e internacionales. Ha sido componente del equipo nacional.Ha ejercido, según las épocas, de titular indiscutible, suplente indiscutible, titular valiosa, suplente valiosa, pero siempre necesaria su presencia en el equipo: como compañera, animadora, confidente, hermana mayor y hasta mami. Es la que conoce a la perfección a todas y cada una de las jugadoras que, a lo largo de más de 40 años, han formado parte de los equipos femeninos de sofbol en los que ha militado.Su labor ha sido callada. Nunca se ha dado importancia a sí misma, a pesar de sus grandes méritos. Javier Iriarte, que fué su esposo, siempre le consultaba, en las grandes y medianas decisiones, pues estaba seguro que la opinión de Blanca era certera. Ha sido la gran mujer que siempre está detrás de un gran hombre.Hoy, tras algunos años de sequía, se ha puesto la primera piedra del resurgir del sofbol femenino y es gran motivo de alegría para todos los que amamos este deporte.Blanca, hoy no podías faltar. Eres el talismán.
